El año judío comienza en Rosh Hashaná, el día en el que fueron creados Adán y Eva. El estándar tiene doce meses, seis meses de veintinueve días y seis meses de treinta días, lo que hace un total de 354 días, debido a que se rigen por la órbita lunar, que dura aproximadamente 29,5 días. Sin embargo, debido a distintas variaciones en el calendario judío, el año también podría tener 353 o 355 días.El último mes del calendario judío es Elul, que habla del fin de la vendimia y de la estación seca.
El calendario lunar judío debe estar coordinado con el ciclo del sol y las estaciones que se determinan por la órbita solar pero, al unir los doce meses lunares, da un total de 354,4 días, mientras que el solar es de 365, 25 dias, esto es, unos once días más tarde.
Para evitar que el Pesaj tenga lugar once días antes cada año, y llegue a celebrarse en invierno, luego en otoño, luego en verano y luego nuevamente en la primavera, se ha encontrado una curiosa solución. Consiste en insertar en forma periódica un mes adicional (de treinta días) al año, que da lugar a un año de treces meses, conocido en hebreo como “shaná meuberet” (año embarazado).