Después de varios años, Israel ha aceptado constituir la Academia del Judeoespañol, una propuesta nacida de la RAE. A finales de 2015, la RAE nombró a diez académicos correspondientes especialistas en sefardí o ladino.
Esto tuvo lugar durante el pasado 2 de diciembre, cuando la ministra de Cultura de Israel, Miri Reguez, comunicó a la institución que el país acepta la constitución de la academia, cuya misión fundamental será seguir preservando el idioma que hablan los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492, que ha pasado de generación en generación durante los últimos cinco siglos.
Su intención al promocionar la creación de la Academia no es la de transformar el judeoespañol en el español del siglo XXI, sino preservar tal y como se ha ido hablando a lo largo de los siglos, ya que está marcado de una peculiaridad histórica muy marcada.
A finales de 2015, la RAE nombró a diez académicos correspondientes especialistas en sefardí o ladino. Ocho de los diez académicos correspondientes viven en Israel y otras dos en Suiza e Italia, a los que se suman una especialista en esa lengua en el CSIC.
La importancia de que ocho residan en Israel es que en el siglo XIX la RAE estableció un procedimiento para la creación de academias correspondientes de la española consistente en que primero la RAE nombraba correspondientes de un país y, cuando se alcanzaba un número, podían solicitar de la RAE el reconocimiento de una Academia.